Hierba perenne, rastrera. La hierbabuena procede de la mezcla de dos tipos de menta aunque ofrece un fuerte aroma que la distingue de otro tipo de mentas. No suele sobrepasar los treinta centímetros de altura. Sus hojas tienen forma alargada y bordes aserrados, y las flores nacen de espigas en el extremo más alto y van del color blanco al púrpura.
Exigente en luz. Intentar buscar un sitio muy luminoso, temperatura 15ºC a 35ºC.
No es susceptible de deshidratarse, aunque esta debe de estar en un estado de humedad constante, sobre todo en épocas de calor. Riego frecuente pero en pequeñas cantidades.
Es conveniente hacer despuntes cuando la planta se encuentra estirada y con poco follaje en la parte inferior de esta. Simplemente cortando las puntas de los tallos conseguiremos que broten más tallos y la planta se haga más compacta.
Recolección
A la hora de recolectar la planta, podemos optar por la flor para infusiones o bien recoger los tallos y las hojas. Las ramas pueden cortarse en cualquier momento si se van a utilizar frescas (en la cocina para guisos, para aromatizar). Deben cortarse las ramas cuando la planta está a punto de florecer. Entonces hojas y flores se dejan secar a la sombra y se guardan en recipientes herméticos, en ambiente seco y oscuro.
La hierbabuena es una planta aromática con muchísimas aplicaciones medicinales. Favorece en infusión las digestiones lentas, las inflamaciones del hígado y vesícula, los gases intestinales, alivia de los mareos, combinando propiedades estimulantes y sedantes, según el caso. También es útil como calmante de calambres musculares.